14/3/16

Prueba: Volkswagen Polo 1.2 TDI Advance 5p

Recientemente he podido probar este modelo, y aquí te cuento mis impresiones. ¿Será cierto eso de que es un mini-Golf como dicen por ahí?


Por fuera
Es el tercer Volkswagen que pruebo, y espero que reafirme el buen sabor de boca que me dejó el Golf que probé recientemente. De momento, por fuera es un buen Volkswagen, es decir, de línea agradable pero sin estridencias. El frontal es típicamente VW, y la trasera innova un poco más ofreciendo unos pilotos con una iluminación bastante original. Y de tamaño anda bien, rozando los cuatro metros, no siendo ni el más grande ni el más pequeño del segmento. Un buen término medio, vamos.


Por dentro
Pasamos al interior, y la sobriedad alemana sigue siendo la nota predominante. Interior oscuro y con poca imaginación, pero con una ergonomía perfecta ya que la postura adecuada se consigue a la primera y todos los mandos quedan muy a mano y están ahí donde los vas a buscar. Pero se nota que quieren marcar diferencias con el Golf, y todo está hecho de plástico duro. Bien ajustado, sí, pero todo duro, cuando muchos de sus rivales ofrecen salpicaderos blanditos más agradables al tacto. Además, al ser una versión poco equipada, luce poco ya que no lleva climatizador ni pantalla grande. Vamos, práctico y funcional pero nada más. Eso sí, se olvidaron de incluir un termómetro de agua, fallo imperdonable ya que es la medida más fiable de cuándo podemos apretar un poco al motor.


De la habitabilidad no hay quejas. Delante hay espacio de sobra, el volante no estorba y hay mucho espacio para la cabeza. Y detrás también hay espacio más que suficiente para las rodillas y la cabeza de los dos ocupantes que irán cómodos detrás (recuerda, mido 1,77 m); evidentemente un segmento B no está hecho para llevar habitualmente a tres adultos en ese espacio. Y el maletero tampoco está nada mal para el tamaño del coche.



En marcha
Meto la llave y... ¡ay! Acabo de encontrar lo peor del coche, y es este motorcillo tricilíndrico 1.2 diésel de 75 CV. Suena mucho a tractor (sobre todo con el motor frío), y vibra muchísimo; las vibraciones se sienten en todas partes (volante, asientos, palanca de cambios...). Además, con una cilindrada de 1.2 litros tampoco se pueden esperar milagros en baja, y le cuesta salir desde parado. Pero a partir de unas 1800-2000 rpm el turbo cobra vida... ¡y parece otro coche! Anda mucho más de lo que esperarías para tener 75 CV, tanto que puede seguir el ritmo del tráfico perfectamente en cualquier situación, eso sí, siempre que uses el cambio de marchas y exprimas un poco el motor. Aunque si no eres muy exigente con las prestaciones, tampoco necesitarás reducir ya que si pisas el acelerador el coche gana velocidad casi en cualquier marcha. Una grata sorpresa, vamos. ¡Lástima que vibre tanto y tenga pocos bajos! Porque, además, el consumo ha resultado también bastante contenido.


En ciudad se maneja muy bien ya que la dirección está muy asistida y el tamaño del coche es el ideal para este entorno; lástima de la comentada falta de bajos que obliga a anticipar bien la salida de los ceda el paso (por ejemplo en las rotondas). En carretera y autopista tiene mucho aplomo a cualquier velocidad (legal, obviamente), y la suspensión es muy cómoda, al igual que los asientos; puedes hacer largos viajes sin cansarte. Y en carreteras de curvas también va muy bien a pesar de la suspensión blandita, ya que el coche no balancea demasiado y es fácil meterlo por donde quieres en cada curva. Además los frenos también funcionan bien y son fáciles de dosificar.


Equipamiento y precio
La versión probada ya no existe, ya que esta unidad corresponde a la versión pre-restyling (aunque cambiaron cuatro cosas, por lo que las impresiones siguen siendo válidas), y además Volkswagen decidió, con buen criterio, jubilar este motor (que ha resultado estar afectado por el #dieselgate) y adoptar un 1.4 TDI de la misma potencia.
Así que voy a hablar de lo más parecido que hay actualmente, que sería un Volkswagen Polo 1.4 TDI Edition 5p. Su equipamiento incluye radio-CD con MP3 y 6 altavoces, asistente de arranque en pendientes, Start/Stop, retrovisores eléctricos y cuatro elevalunas eléctricos. Como promoción se incluye también el paquete "Edition&Polo" que incluye aire acondicionado y entrada USB y bluetooth. Si lo quieres blanco como el de las fotos, deberás añadir 205 € por la pintura (hay diferentes colores a diferentes precios según el tipo de pintura), pero la versión Edition no permite incorporar como opción las llantas de aleación.
Así, en blanco, cuesta ahora mismo 16295 €, un precio alto teniendo en cuenta que es el acabado básico y su equipamiento no llega ni a justito (lleva hasta el volante de plástico). Pero habrá que ver el precio "real" en el concesionario para poder opinar.


Conclusión
Después de probarlo a fondo, tengo que reconocer que me ha sorprendido gratamente. No llegaría a llamarlo mini-Golf, ya que mantienen las distancias, pero casi. Es un modelo totalmente recomendable... siempre que lo encuentres con un buen descuento y lleve otra motorización un poco más refinada. Porque me ha parecido un coche totalmente válido, no ya como segundo coche, sino incluso como coche único. Y es que los pequeños han crecido tanto que casi hay que dejar de llamarlos así. Lo que recomendaría también es dar el salto a una unidad de acabado superior para mejorar su equipamiento y comprobar si los materiales también mejoran, ya que éste estaba lleno de plásticos duros que le restaban puntos (perfectamente ajustados, eso sí). ¿Me lo compraría? Pues con otro motor, sí, siempre que me hicieran una buena oferta por él. Y es que actualmente hay anuncios de televisión ofreciendo coches del segmento C con motores diésel de 110 CV por 15000 €... y no hay color.


  • A favor: prestaciones, habitabilidad.
  • En contra: equipamiento escaso, precio, vibraciones del motor.


El resto de las fotos, aquí.

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