11/9/19

Prueba: Audi A3 35 TFSI Sedán

Hoy os traemos la prueba del sedán más pequeño de la marca de los cuatro aros, el A3.

Por fuera
Esta versión sedán de cuatro puertas es, a mi juicio, la más bonita de toda la gama A3, ya que su corto maletero y su línea de techo le hacen parecerse ligeramente a un coupé. Además, el pack estético S-Line y las preciosas llantas de aleación de cinco brazos dobles también ayudan.


Este modelo es totalmente reconocible como un Audi: la parrilla "singleframe" hexagonal típica de la marca, junto con unos faros y pilotos similares a los de su hermano mayor A4, hacen que inmediatamente asociemos este modelo con su marca. La doble línea dinámica lateral aporta dinamismo, y la inferior con su forma ascendente simula una forma de cuña. Por último, el pequeño alerón en la tapa del maletero termina de redondear este conjunto de estética ligeramente deportiva, alejada en principio de un "aburrido sedán de cuatro puertas".


Por dentro
El interior es mucho más tradicional que el exterior, y su diseño delata además que este modelo tiene ya unos añitos (y que su sustituto está próximo a presentarse). Solamente los aireadores circulares aportan una ligera diferenciación, ya que el resto es muy sobrio. Los materiales empleados no admiten crítica, ya que todos los mandos, botones y ruletas tienen buen tacto (aunque no me gustó el maetrial del que están hechos los aireadores, y la consola central entre los asientos crujía a la mínima presión). La pantalla central escamoteable está situada en la parte superior (donde debe estar) y se maneja desde un mando giratorio que hay entre los asientos, lo cual no me parece una mala solución ya que no distrae tanto al poder manejarla al tacto. Además, la climatización dispone de mandos independientes, lo cual siempre es una buena idea. Solamente nos parece rara la ubicación del mando del volumen del sistema multimedia, a la derecha de la palanca del cambio.



La postura de conducción es buena pero algo baja (no gustará a los compradores de SUV, que quieren dominarlo todo desde arriba), y la luneta trasera tan tendida resta algo de visibilidad a través del retrovisor interior, aunque los sensores de aparcamiento nos ayudarán a no tener ningún problema en ese aspecto. En las plazas delanteras no falta espacio, y tampoco en las traseras, ya que a pesar de la caída del techo dos adultos de talla media caben sin problema. El maletero, con 425 litros, no es que sea muy capaz, pero es suficiente.



En marcha
Tengo que reconocer que me ha gustado mucho cómo va este modelo en carretera, tanto por motor como por la dirección o el comportamiento. La nueva nomenclatura de Audi no nos deja adivinar el motor que lleva (35 TFSI), que en este caso es un 1.5 de gasolina turboalimentado que entrega 150 CV, y que se asocia a un cambio manual de 6 velocidades bien escalonadas. El motor está lleno de fuerza, y a partir de unas 1800 vueltas empuja con energía, independientemente de la marcha que llevemos engranada. Los adelantamientos se realizan con celeridad y seguridad (aunque se nota cierto lag en el acelerador). Y los consumos son bastante contenidos, habiendo obtenido una media de 6,27 litros cada 100 km (realizando más de 1400 km por todo tipo de vías, con poca ciudad).


La dirección ha mejorado mucho en la marca, y aunque sigue estando bastante asistida, ya no parece tan artificial. Y la suspensión con su tarado duro ayuda a que el coche vaya siempre pegado al asfalto y que los balanceos sean mínimos. Lo que me parece es que quizá se pasa un pelín de dura, ya que hace al coche ligeramente incómodo. Los asientos también son tirando a duros (muy típico en los coches alemanes), lo cual a la larga se agradece.


Equipamiento y precio
Este modelo, con el acabado S-Line Edition, parte de 33 120 euros según configurador. Entre su equipamiento principal podemos encontrar llantas de aleación de 18 pulgadas, tapicería mixta tela/cuero, inserciones decorativas en aluminio, faros y pilotos con tecnología led, sensor de lluvia y luces, control de crucero, sensores de aparcamiento y freno de estacionamiento eléctrico. El modelo de las fotos iba prácticamente de serie, solamente incluyendo la pintura blanca (315 €), los retrovisores plegables eléctricamente (245 €) y la llave confort "advanced key" con alarma antirrobo (1025 €).

Como es habitual en la marca, el listado de opciones es extenso y nos permite hacernos un coche casi a medida. Entre las opciones principales están la pintura metalizada (desde 945 €) o la pintura individual (desde 2810 €), diferentes diseños de llantas de aleación (desde 120 €), faros matrix led (990 €), techo panorámico (1385 €), tapicería de alcántara (785 €) o de cuero (1650 €), sistema de navegación (desde 920 €) o la instrumentación digital "Audi virtual cockpit" (380 €), junto a diversas ayudas a la conducción. El listado es tan amplio que recomiendo tomarse unos cuantos minutos para ver detenidamente el configurador de la marca.


Conclusión
Sí, es un modelo veterano, pero perfectamente válido a día de hoy. Lo que sigue vendiendo es la estética, y en ese aspecto es un producto muy bien logrado. Si a ello sumamos la fama de los cuatro aros (y el aire "premium"), un motor muy solvente con buenas prestaciones y consumos reducidos, y una habitabilidad suficiente, tenemos un buen producto familiar para aquellos pocos que aún huyen de los SUV o de los familiares. El precio es algo alto, sí, pero está en línea con sus rivales más directos. Un buen sedán compacto, de los que casi ya no quedan.

  • Destacable: prestaciones y consumo, estética.
  • Mejorable: suspensión dura, capacidad del maletero.

El resto de las fotos, aquí.




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